Sellar el fregadero de la cocina puede ser una tarea fácil si sabes cómo hacerlo y qué producto escoger. Descubre trucos y consejos para ahorrar tiempo y dinero.
Puede parecer un pequeño detalle, pero sellar el fregadero es crucial para la buena salud de todos los espacios en los que haya algún riesgo de filtración de agua o humedades. Un buen sellador nos previene de agentes contaminantes que puedan alojarse en grietas o fisuras y ayuda a nuestros baños y cocinas a conservar un aspecto saludable.
Además, si sabes cómo mantener a raya los sellados en casa, no necesitarás de un profesional para su mantenimiento y evitarás problemas en el futuro.
El objetivo principal a la hora de asegurar el sellado del fregadero y la encimera es crear una unión fuerte y flexible que impida filtraciones de agua o humedad. Esto significa que no todos los selladores son adecuados para este fin, y es importante saber cuál escoger.
Si solo deseas dar unos retoques a las uniones porque han perdido algo de brillo, pero siguen sanas, lo que necesitas es Pattex Re-new. Te sorprenderá lo fácil y rápido que es aplicarlo. Sin quitar la silicona existente, sin herramientas específicas, tan sencillo como usar un subrayador.
Pero a veces, un cambio superficial no es suficiente, por lo que conviene aplicar un sellador como Pattex SP101 Original Blanco. Es un sellador elástico con la tecnología Flextec que se adhiere fácilmente a numerosas superficies. Puedes tenerlo a mano para las juntas del fregadero, pero dado que es muy versátil, también sirve para trabajos en techos, tejas, canalones o carpintería. Pega, sella y puede ser expuesto a la humedad sin problemas.
Los selladores también son adhesivos; es decir, que antes de iniciar a trabajar deberás asegurarte de que las superficies estén limpias y secas. Como siempre, la seguridad es lo primero: usa guantes de látex para proteger tus manos y gafas para cuidar tus ojos. Trabaja en un espacio con ventilación y buena iluminación. Lee atentamente las instrucciones en el envase del adhesivo para conocer mejor su funcionamiento, tiempos de secado y detalles de conservación.
Quita el sellador viejo con una cuchilla de plástico o una rasqueta.
Limpia la superficie. Los espacios en los que aplicarás la silicona deben estar secos, limpios y libres de residuos, polvo, grasa o cualquier otro elemento que pudiera comprometer el funcionamiento del producto. Para zonas de difícil acceso puedes usar la aspiradora.
Carga la pistola de silicona con el cartucho del producto que has escogido. Realiza un corte pequeño en la punta de la boquilla teniendo en cuenta el tamaño de las uniones y la superficie a rellenar. Te aconsejamos un corte pequeño inicial, el cual puedas agrandar si fuera necesario.
Aplica el sellador. Presiona el gatillo con firmeza para regular la cantidad de silicona posicionando la pistola a 45 grados. Lo ideal es que el sellador sea un cordón que se extienda de forma uniforme a lo largo de las uniones.
Alisa las uniones. Lograrás una mejor adhesión si presionas levemente con una espátula al tiempo que alisas el sellador. Esto hará que la silicona penetre hasta las partes más profundas de las grietas o uniones.
Deja secar. Sigue las instrucciones de secado del producto contenidas en el envase. Respeta estas indicaciones antes de que tu trabajo entre en contacto con el agua.
Limpia la zona de trabajo y las herramientas. Cuando limpiamos los residuos antes de que el sellador haya curado por completo, estamos ganando tiempo y ahorrando esfuerzos. Hazlo cuidadosamente con un paño y un disolvente adecuado. Si el sellador se ha secado, entonces, con ayuda de una rasqueta elimina parte por parte.
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