Existen multitud de selladores en el mercado. Esta guía se centra en la masilla color ladrillo para lograr acabados impecables en tus trabajos de albañilería.
La masilla para ladrillos está específicamente diseñada para proteger las juntas de los muros de los efectos del agua y del clima. Un buen sellador de ladrillo tendrá que ser apto para materiales porosos y además ser más resistente que los selladores diseñados para uso interior. También deberá tener cierta flexibilidad para resistir movimiento y vibraciones.
Además de la resistencia, es importante tener en cuenta el acabado que buscamos. Por ejemplo, una masilla color ladrillo aportará un acabado mucho más uniforme y discreto que un sellador blanco. En el caso de no encontrar masilla color ladrillo, o si decides pintar el muro de algún color uniforme, deberás buscar un producto que sea pintable, ya que muchos selladores a base de silicona no son aptos para pintar.
Sea cual sea el pegamento que hayas escogido, recuerda consultar las instrucciones de aplicación y secado en el envase.
Lee atentamente los siguientes pasos para conseguir los mejores resultados:
- Reúne las herramientas. Necesitarás un cúter, una pistola de cartuchos de silicona y una herramienta para perforar la boquilla del cartucho. Recuerda usar guantes para proteger las manos.
- Prepara las juntas. Si la junta tiene una anchura superior a 10 milímetros, la profundidad del sellado debería ser la mitad de la anchura de la junta. Consulta las indicaciones del producto escogido para saber el máximo de profundidad de las juntas por si necesitaras colocar antes un fondo de junta de poliuretano, y revisa la información esencial sobre temperatura y humedad de aplicación.
- Prepara las superficies. Las superficies tienen que estar en buen estado estructural, secas y libres de cualquier contaminante.
Si estás resellando una junta, retira bien cualquier resto del sellador anterior antes de aplicar la nueva masilla para ladrillos. Dependiendo del tipo de sellador que utilices, es posible que necesites aplicar previamente una imprimación. - Aplica la masilla para ladrillos. Coloca el cartucho de sellador en la pistola de silicona. Corta la cánula en un ángulo de 45 grados con el ancho adecuado para la junta a sellar, y perfora la boquilla del cartucho antes de colocar la cánula.
Aplica el sellador con una presión uniforme asegurándote de que el producto llegue al fondo de la junta. Evita unir los extremos de la junta con la masilla sin que el producto cubra bien el fondo, para que no se formen burbujas de aire. - Limpieza. Limpia las herramientas usadas de cualquier resto de masilla para ladrillos. Puedes ayudarte con alcohol mineral, asegurándote de hacerlo en una zona bien ventilada. Si el sellador ha secado, puedes retirarlo cuidadosamente con una herramienta afilada. Lávate bien las manos tras la aplicación.
Busca una masilla para ladrillos acorde a las condiciones a las que esté expuesta la zona a sellar. Por ejemplo, necesitarás una masilla más resistente si vas a sellar ladrillos en exterior. Asegúrate también de que el producto sea apto para sellar los demás materiales que entren en contacto con el ladrillo.
En función del acabado deseado, puedes optar por una masilla color ladrillo o con otras tonalidades. También puedes buscar un sellador pintable para darle un toque de color después de la aplicación.
Si buscas una masilla para ladrillos pintable, cuentas con un producto como SP101 de Pattex. Se trata de un potente sellador para materiales de construcción tanto en interior como en exterior, resistente a la temperatura y a la luz solar. Gracias a la tecnología Flextec, mantiene la flexibilidad e impermeabilidad durante mucho más tiempo.
Si necesitas una masilla para ladrillos refractarios o sometidos a altas temperaturas, una excelente alternativa es Barbacoas y Chimeneas de Pattex. Un potente sellador que soporta temperaturas de hasta 1.000 °C, incluso con fuego directo, y no desprende humos.
Comparte tus propios proyectos